Este es uno de esos ejemplos que tenemos ante nuestros ojos como algo cotidiano, hasta que en un momento nos cuestionamos la razón de su existencia: ¿Por qué las botellas de vino son de vidrio y no de otro material? ¿Cómo se descubrió el vidrio?
En el pasado, todo el vino que necesitaba trasladarse se transportaba a granel: ya sea en ánforas, pieles, o en barriles. Luego, una vez que llegaban al mercado, el vino se debía consumir bastante joven, pues era fresco y tenía sabores deseables, pero si el vino se dejaba reposar por mucho tiempo en estos, se comenzaba a deteriorarse por su contacto con el oxígeno, esto significa que el vino envases, comenzaba a perder su calidad y sabor. Era evidente que se necesitaba otro material para mantener el vino en perfectas condiciones mientras se guardaba para su venta y consumo.
Si bien la fabricación de vidrio ha existido desde hace tiempo, la invención del horno de carbón alrededor de 1600 finalmente hizo posible producir vidrio más grueso y reducir el riesgo de roturas. Debido a esto, fue posible que el vino se transportara alrededor del mundo en botellas de vidrio. Aunque el vino todavía se almacenaba en barricas para ser envejecido, el consumo de vino por parte del consumidor final, se desplazó a las botellas de vidrio.
El vidrio posee muchas cualidades para ser el recipiente elegido para almacenar el vino:
-Es impermeable lo que impide que el oxígeno entre en contacto con nuestro vino y acelere su proceso de oxidación.
-Aséptico, es decir que no tiene gérmenes que puedan alterar su composición.
-No tiene olor ni sabor, por lo que evita que se mezclen aromas y sabores ajenos al vino.
-Es resistente a las altas y bajas temperaturas y en general los cambios atmosféricos (como el cambio de presión que se genera en los vinos espumosos).
-Es reciclable. Al estar hecho de un solo material, los envases de vidrio son fácilmente reciclables sin perder calidad. Esto significa que incluso el vidrio reciclado se puede reciclar una y otra vez en un ciclo interminable en el que constantemente ahorramos emisiones de CO2, agua y recursos.
Con las propiedades del vidrio que mencionamos anteriormente, es bastante obvio por qué es el envase más adecuado para la conservación del vino. Si bien bebidas de otros estilos utilizan PVC o PET en sus envases, éstos presentan algunas desventajas para el vino, como por ejemplo cierta permeabilidad frente al oxígeno (por ser más porosos que el vidrio) y la posibilidad de la transferencia de algún gusto desagradable con los años de guarda.
En la industria del vidrio, existe una frase que dice que “cuando una persona come o bebe algo contenido en vidrio, está experimentando el sabor puro del alimento o bebida, nada más ni nada menos”. Los vidrios están compuestos esencialmente de minerales naturales y abundantes, como arena, caliza y carbonato de sodio, siendo de este modo un material ecológico, estable, resistente al frío, al calor, y a los agentes atmosféricos.
El envase de vidrio no interfiere sobre el contenido y así no altera su gusto, olor o composición, asegurando una conservación óptima y duradera. Por otra parte, la transparencia del vidrio (aún al tener un color), permite visualizar el contenido, destacando así su calidad a la vista. Y es destacable que sea totalmente reciclable, ya que una botella usada permite la fabricación de una nueva sin pérdida de calidad ni de cantidad, y el ciclo puede extenderse hasta el infinito.
En lo referente a la gama cromática, la botella de vino tinto debe su color verdoso oscuro a la intención de proteger el líquido lo mejor posible durante su añejamiento. Considerando que el vino es fotosensible (o sea que lo afecta la luz), luego de diversos estudios y pruebas, se detectó que el color de vidrio verde o verde-oscuro interrumpe mejor las radiaciones ultravioletas y las violetas, y deja pasar muy poco las azules. Se entendió entonces que era el tono de color más apropiado.
Por ese mismo motivo, algunas de las botellas de vino blanco o rosado, no son aptas en general para una guarda prolongada, pues poseen un color de vidrio transparente, que permite observar su interior y la limpidez del líquido, algo a lo que prácticamente estamos acostumbrados.
Así que la próxima vez que te encuentres frente a una botella de vino, podrás admirar y saborear mejor sus cualidades con esta nueva información sobre su particular envase de vidrio.