Vinos Fortificados

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¿Eres una persona que prefiere los vinos dulces? Si es así es probable que algún vino fortificado sea para ti. Pero, ¿Qué son los vinos fortificados?
Los vinos fortificados, también conocidos como vinos generosos, son una clasificación de vinos a los cuales durante su proceso de elaboración se le somete a un proceso el cual aumenta su graduación alcohólica y en muchas ocasiones también su dulzor natural.

Aunque no se tienen una fecha exacta en la cual se comenzó a utilizar el proceso de fortificación, uno de los primeros indicios fue durante la ocupación de los árabes en la península ibérica, pues mantuvieron plantaciones de la vid donde fortalecían los vinos para fines medicinales. 

No fue hasta los siglos XVI y XVII que la práctica se comenzó a extender en Europa, el proceso se realizaba para que los vinos durarán mucho más tiempo en estado óptimo durante travesías marítimas de largos viajes así que la manera de estabilizar y conservar durante más tiempo el vino era añadiendo alcohol. 

Si bien, en ese momento no sabían exactamente porqué se lograba conservar mejor el vino, la práctica se continuó haciendo así hasta que Louis Pasteur profundizó la investigación de y al transcurrir del tiempo, se dio nacimiento a toda una familia completa de vinos, llamados fortificados o generosos.

Vinos Fortificados

Los vinos fortificados no deben confundirse con un destilado como el brandy debido a que productos como el anteriormente mencionado a pesar de estar elaborado a base de uvas, tiene la característica de haber sufrido una destilación proceso que consta de extracción de agua y como resultado su alcohol aumenta. En cambio, los vinos fortificados no son sometidos a una destilación.

El proceso de elaboración de los fortificados inicia de la misma forma que los demás vinos, pero con la diferencia que se le añade más alcohol, es decir se fortifica. Alcanza un grado alcohólico total  muy alto, que ronda entre los 14 y 23 °.

El momento en el cual se le añade el alcohol extra al vino, dependerá del resultado que obtengamos, es decir, si al vino que deseamos fortificar le añadimos el alcohol extra al final de su fermentación obtendremos generalmente un vino muy alcohólico y seco, en cambio si al vino se le agrega el alcohol de la fortificación a medio proceso de fermentación, esto ocasionará que esta misma se interrumpa, quedando bastante azúcar residual y como resultado nos quede un vino más dulce.

Vinos Fortificados

Los estilos de vino fortificado seco más habituales son los Jereces fino, amontillado, oloroso, palo cortado, Madeira Sercial y Marsala seco. Dentro de los vinos fortificados dulces más populares existen los Vinos de Oporto, los Moscatel de Setúbal y los Banyúls.

Por lo general los vinos fortificados son productos que gozan de alguna denominación de origen esto les da prestigio y renombre. Al tener una graduación alcohólica más elevada que un vino normal, estos pueden durar muchísimos años en perfectas condiciones, inclusive, una vez abierta la botella, logran permanecer un prolongado periodo sin sufrir alteraciones.

Una excelente alternativa para aquellos entusiastas de este tipo de vinos, especialmente los de clasificación dulce, pueden ser los vinos naturalmente dulces como la cosecha tardía, que desarrollan un dulzor natural debido al proceso de cosecha de las uvas con las que se elabora.

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