El vino espumoso se ha asociado durante mucho tiempo con celebraciones y ocasiones especiales, pues su efervescencia y elegancia añaden un toque de lujo a cualquier evento. Pero, ¿Cuál es el origen de esta cautivadora bebida y qué la hace tan especial?
La historia del vino espumoso es un relato fascinante que nos lleva a través de siglos de descubrimientos, perfeccionamientos y leyendas.
Dentro de este artículo te contaremos un poco acerca del misticismo que rodea a su descubrimiento, los métodos de elaboración y los motivos de su asociación con las celebraciones.
Orígenes
La historia del vino espumoso comienza con un aire de misterio, ya que no existe un relato definitivo sobre su descubrimiento. Aunque la leyenda atribuye el descubrimiento del champagne a Dom Pérignon, la realidad es más compleja. El monje benedictino sí jugó un papel importante en la mejora de los métodos de producción, pero no fue el único.
Durante siglos, la fermentación espontánea en botellas causaba que algunos vinos desarrollaran burbujas de dióxido de carbono. Inicialmente, estas burbujas eran consideradas un defecto, ya que podían hacer que las botellas explotaran. Sin embargo, algunos viticultores comenzaron a apreciar el sabor único y la efervescencia de estos vinos “defectuosos”.
El descubrimiento del vino espumoso no fue un hecho aislado, sino un proceso gradual que involucró a muchos viticultores y enólogos.Los registros históricos de aquella época no son tan detallados como los actuales, por lo que es difícil determinar un momento exacto.
Un viaje por la historia del vino espumoso
Fue en el siglo XVII cuando se dieron los primeros pasos para convertir las burbujas en una característica deseada del vino. En Inglaterra, el médico y naturalista Christopher Merret fue uno de los primeros en documentar la adición intencional de azúcar al mosto para provocar una segunda fermentación en la botella y crear así un vino espumoso.
Una parte de la historia nos cuenta que Dom Perignon descubrió por pura casualidad las burbujas en el vino en el año de 1697, dando una de las frases más icónicas y mejor posicionadas en el mundo del vino: ¡Estoy bebiendo estrellas! Y así nació, supuestamente, el champagne. Pero justo aquí comienzan las contradicciones en la historia, pues hay pruebas documentadas que Dom Perignon decía que el vino espumoso era “del diablo” pues pensó que el resultado de la efervescencia era producto de una maldición, además que el producto era tan volátil que hacía explotar estantes enteros.
La tradición de dar siete vueltas al muselet antes de descorchar una botella de champán tiene sus raíces en esta antigua creencia. Se dice que las siete vueltas servían para apaciguar al diablo y evitar que la botella explotara, pero esa es otra historia.
Independientemente de a quién pueda atribuirse el mérito, fue en la región de Champaña donde se desarrollaron las técnicas más sofisticadas para la elaboración de vinos espumosos. Ellos seleccionaron las mejores uvas, perfeccionaron las técnicas de vinificación y desarrollaron botellas más resistentes para contener la presión del gas.
Una figura clave en la historia del champán fue Barbe-Nicole Clicquot Ponsardin, más conocida como la Viuda Clicquot. A la temprana edad de 27 años, se hizo cargo de la empresa familiar tras la muerte de su esposo y revolucionó la industria del champán. Entre sus mayores contribuciones se encuentran la invención del método de “remuage” o removido, que permite eliminar los sedimentos del vino de manera eficiente, y la creación del primer champagne rosado. Gracias a su visión y determinación, la viuda Clicquot convirtió su marca en sinónimo de calidad y excelencia, sentando las bases para el éxito del champán a nivel mundial.
El siglo XVIII marcó la era dorada del champán. La bebida se volvió extremadamente popular entre la aristocracia europea, y su producción se expandió rápidamente. Se desarrollaron nuevas técnicas, como el uso de levaduras seleccionadas y el envejecimiento en rima, que contribuyeron a mejorar la calidad y la consistencia del vino.
¿Qué lo hace tan especial?
El encanto del vino espumoso reside en su efervescencia, un delicioso baile de burbujas que realza la experiencia sensorial. Esto se debe a la fermentación secundaria que se produce en el interior de la botella, dando como resultado la liberación de dióxido de carbono, que se disuelve en el vino y crea las características burbujas al abrir la botella. La sensación en boca y la textura únicas que brindan estas burbujas elevan la experiencia de beber, convirtiéndolas en una opción popular para brindis y celebraciones.
Además, la artesanía implicada en la producción de vino espumoso bajo el método tradicional contribuye a su atractivo. Requiere atención meticulosa al detalle, precisión y paciencia. Desde la recolección manual de las uvas hasta el delicado proceso de la segunda fermentación, el arte de crear vino espumoso exige experiencia y dedicación. El resultado es una bebida que irradia elegancia y lujo, capturando la esencia de la celebración en cada sorbo.
El método tradicional y otras regiones
El método tradicional de elaboración del vino espumoso, conocido como método champenoise, consiste en una segunda fermentación en botella, seguida de un largo período de envejecimiento. Este método, que se originó en la región de Champagne, se ha convertido en el estándar para la producción de vinos espumosos de alta calidad en todo el mundo.
Sin embargo, Champagne no es la única región que produce vinos espumosos excepcionales. En otras partes del mundo, se elaboran vinos espumosos utilizando métodos ancestrales que preceden al champán. En España, Italia, Alemania y muchas otras regiones del mundo, también se producen vinos espumosos de gran calidad, cada uno con sus propias características y tradiciones.
El vino espumoso en la actualidad
Hoy en día, el vino espumoso es una bebida muy versátil que se disfruta en todo tipo de ocasiones. Desde las grandes celebraciones hasta las reuniones más íntimas, el vino espumoso siempre añade un toque de elegancia y festividad. La oferta de vinos espumosos es cada vez más amplia, con una gran variedad de estilos, sabores y precios.
La historia del vino espumoso es un viaje fascinante que nos lleva desde los primeros descubrimientos accidentales hasta la sofisticada producción de hoy en día. Numerosos personajes han contribuido a la evolución de esta fascinante bebida. El vino espumoso es un símbolo de celebración, de elegancia y de la búsqueda constante de la perfección.
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