Si eres de los que ama probar y saborear el vino, es probable que hayas escuchado los términos Viejo y Nuevo Mundo. Aunque los términos suenan como una introducción a una lección de geografía, la clasificación de los vinos del Nuevo Mundo y los vinos del Viejo Mundo diferencian más que solo el país de origen del vino.
Como les contamos en un artículo anterior, los vinos del Viejo Mundo tienen un proceso de cultivo de uva y elaboración específicos que, además de los siglos de experiencia, los viticultores del viejo mundo siempre han llevado el nombre de su región de procedencia para identificarlos.
Los vinos conocidos como de Nuevo Mundo son aquellos que se producen fuera de las regiones que normalmente se consideran el lugar de nacimiento del vino, que incluyen las regiones vitivinícolas tradicionales tanto en Europa, como en partes de Medio Oriente. Los vinos cultivados en estas regiones se conocen como vinos del Viejo Mundo pues son países con una larga historia establecida de producción de vino, como Francia, Italia, Israel, España y Portugal.
Las regiones vinícolas del Nuevo Mundo son básicamente cualquiera de las que no se encuentran dentro del Viejo Mundo. Estos incluyen Argentina, Australia, Canadá, Chile, México, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Estados Unidos y Uruguay, y están etiquetados como ‘Nuevo Mundo’ porque comenzaron a elaborar vino después de los países del Viejo Mundo, aunque algunos hayan replicado originalmente las técnicas utilizadas en Europa.
Debido a que los Vinos del Nuevo Mundo tienden a provenir de viñedos en países más cálidos, las uvas utilizadas suelen ser más maduras. Esto da como resultado vinos con cuerpo y alto contenido de alcohol, a menudo con sabores afrutados más audaces. Mientras que los vinos del Viejo Mundo se producen utilizando las mismas técnicas de vinificación que se han utilizado durante siglos, los enólogos del Nuevo Mundo a menudo son más experimentales en su producción de vino y, como tal, las prácticas de vinificación y el producto final pueden variar drásticamente.
Las viñas plantadas en el Nuevo Mundo son obviamente mucho más recientes. Las raíces de algunas de las bodegas son aún bastante jóvenes en comparación con las del Viejo Mundo. Se benefician principalmente del fenómeno reciente de las tecnologías agrícolas, como los tractores y el riego a gran escala. Los vinos del Nuevo Mundo son icónicos por sus sabores afrutados, a roble y maduros.
Muchos de estos vinos han evolucionado a lo largo de los años, con diferentes mezclas de uvas y estilos de elaboración. Esto realmente distingue a estos vinos de los métodos tradicionalmente estrictos de producción de vino del Viejo Mundo.
Aquí te contamos 5 características importantes de los vinos del Nuevo Mundo:
- La legislación frente a su cultivo y producción es flexible y los enólogos son libres de experimentar en el proceso de elaboración pues no tienen reglas tan definidas y hay más posibilidades de experimentar.
- Los enólogos son creativos que pueden jugar con cepas, mezclas, tiempos y tipos de barrica.
- Los sabores y los aromas de los vinos del nuevo mundo son: Frutales, llamativos y voluptuosos, con un alto nivel alcohólico y niveles medios o bajos de acidez.
- Las técnicas de elaboración y producción son modernas, se apoyan en la ciencia y la tecnología.
- Las etiquetas de los vinos del nuevo mundo son una oportunidad para brillar dentro de la oferta y apoyar sus estrategias de comercialización. Los encargados del mercadeo en el nuevo mundo se convierten en artistas que juegan con colores, formas de la botella y etiquetas que logren que el vino hable de su personalidad.
Tanto el vino del Nuevo Mundo como el vino del Viejo Mundo tienen diferencias notables, pero eso no necesariamente hace que uno sea superior al otro. Lo importante es que entiendas tu gusto personal y pruebes vinos de todos los países y regiones.